martes, 28 de septiembre de 2010

WALT WHITMAN CANTO A MI MISMO (CANTOS XXIV A XXVIII)

CANTO XXIV
 

Yo soy Walt Witman……
Un cosmos. ¡Miradme!
El hijo de Manhattan
Turbulento, fuerte y sensual;
como, bebo y engendro…..
no soy sentimental.
Ni por encima ni separado de nadie,
ni orgulloso ni humilde.

Desclavad las cerraduras de las puertas.
Sacad las puertas mismas de sus goznes.
Quien humilla a otro
me humilla a mí.
 
Y todo lo que se dice y lo que se hace repercute en mí.
 
De mí surge la inspiración:
y lo corriente y lo vulgar.
 
Yo digo la palabra mágica y primera
y doy el santo y seña de la democracia.
 
Y digo que no aceptaré nada que no tenga una réplica inmediata y numerosa.
 
De mi garganta salen voces largo tiempo calladas,
voces de largas generaciones de prisioneros y de esclavos,
voces de ciclos de preparación y crecimiento,
voces de desesperados y de enfermos,
voces de ladrones y de enanos,
voces de cuerdas que conectan las estrellas,
voces de matrices y de gérmenes paternos…..
 
Voces de odio:
la voz del deformado,
del trivial,
del estúpido,
del loco,
del resentido;
la voz de la niebla en el aire,
la voz de los escarabajos que ruedan su bola de estiércol……
 
De mi garganta salen voces olvidadas;
voces de sexo y de lujuria,
voces veladas que yo desgarro,
voces indecentes que yo clarifico y transfiguro……
 
Yo no me tapo la boca
ni pongo el índice sobre los labios.
Me estremezco ante el vientre lo mismo que ante el corazón y la cabeza.
La cópula tiene el mismo rango que la muerte.
Creo en la carne y en los apetitos.
La vista,
el oído,
el tacto…
son milagros.
Y cada partícula,
cada apéndice mío
es un milagro.
Soy divino por dentro y por fuera
y santifico todo lo que toco
y todo lo que me toca:
el olor de mis axilas es tan fino como el de una plegaria;
y esta cabeza mía
vale más que las iglesias,
las biblias
y los credos.
 
Cuando adoro una cosa más que otra, adoro tan sólo la extensión de mi cuero o de una parte de mi cuerpo.

Tú no eres más que la réplica deslumbrante de mí mismo.
 
Surcos y tierra húmeda, eso eres tú;
la reja firme y masculina del arado,
todo cuanto en mí se cultiva y se labra;
eres mi sangre fecunda
y tus corrientes pálidas de leche, las ordeñas en mi vida;
eres el pecho que se aprieta a otro pecho
y en mi cerebro están tus circunvoluciones ocultas;
raíces lavadas del cáñamo,
tímida alondra,
nido oculto de huevos duplicados….. eso eres tú;
heno mezclado y tundido de la cabeza, de las barbas y de la carne dura….. eso eres tú;
jugo fermentado de manzanas,
fibras de trigo viril,
sol generoso……. eso eres tú;
vapores que iluminan
y apagan mi rostro……. eso eres tú;
arroyos de sudor y de rocío….. eso eres tú;
viento que acaricia mi carne con el cosquilleo de los genitales en celo,
amplios campos vigorosos,
ramas de roble vivo,
amante compañero en mi vagar sin rumbo….. eso eres tú;
manos que yo he apretado,
rostro que yo he besado,
hermana criatura a quien mis brazos estrechan sin cesar…… ¡eso eres tú!

Me asombro de mí mismo.
Chocheo ante mi ser.
¡Hay en él tantas cosas admirables!
Cada momento de mi vida
y cuanto sucede en mí
me estremece de júbilo.
 
¿Por qué se doblan mis tobillos
y cuál es la causa de mis más insignificantes deseos?
¿Por qué irradio amistad….
y por qué la recibo?
Cuando subo las escaleras de mi casa me detengo y digo de pronto: pero ¿es esto cierto?
La enredadera que trepa por mi ventana me satisface más que toda la metafísica de los libros.
¡Oh, maravilla del alba!
Una tenue luz allá lejos deslíe las sombras diáfanas e inmensas.
El aire es un manjar para mi lengua.
Del mundo movible
saltan en silencio,
brincan inocentes,
rezuman frescas
masas que cruzan oblicuas
hacia arriba y hacia abajo.
Algo que no puedo ver eriza púas libidinosas,
y mares de jugos resplandecientes
inundan la bóveda celeste.
La tierra y el cielo se juntan.
Y de esta diaria conjunción llega por el oriente un reto que se posa un instante sobre mi cabeza para decirme agresivo y burlón:
¿Serás tú el amo de todo esto?

CANTO XXV
 
Tremenda y deslumbrante el aurora me mataría si yo no llevase ahora y siempre otra aurora dentro de mí.
 
También nosotros ascendemos, deslumbrantes y tremendos como el sol,
también nosotros, alma mía, encontramos lo nuestro
en la calma y en la frescura del alba.
 
Mi voz llega hasta donde mis ojos no alcanzan
y con el giro de mi lengua lanzo mundos y nebulosas de mundos.
 
Mi discurso no es más que el hermano menor de mis sueños,
va de la mano de mi visión.
Solo no puede medirse,
me provoca sin cesar y me dice sarcástico:
“ya tienes bastante, Walt…… ¿por qué no te conformas?”
¡Cállate, necio…. cállate!
Tú sabes mucho de articulaciones……
¿Pero sabes tú cómo se repliegan los brotes bajo la tierra?
Aguardan en la sombra, protegidos por la nieve,
hasta que se abre el mantillo ante mis proféticos aullidos.
Porque mi sabiduría, que son las partes vivas de mi ser.
se armoniza con el significado de todas las cosas:
la alegría (quien quiera que me oiga, él o ella, que salga a buscarla ahora mismo).

Mi grandeza, ni la sospecha siquiera.
No quiero decirte quién soy en realidad.
Puedes medir mundos….. y mundos….. y mundos
pero no intentes jamás medirme a mí.
Tus sutiles argucias las desbarato yo con sólo mirarte.
Escribiendo y hablando no se me prueba.
La gran prueba de quién soy la llevo yo en mi rostro….
y sólo con el silencio de mis labios anonado al escéptico.
 

CANTO XXVI

Y ahora no quiero sino escuchar.
Ensanchar este canto todo lo que oiga….
¡Que todos los ruidos del mundo se viertan en él!
 
Oigo
el bullicio de los pájaros,
el sordo rumor de la espiga que se levanta,
el cuchicheo de las llamas,
el chasquido de los leños que cuecen mi comida,
oigo el sonido que más amo: la voz del hombre,
gritos que marchan juntos,
que se mezclan,
que se funden,
que se disgregan…..
oigo los ruidos de la ciudad y del campo,
los ruidos del día y de la noche….
 
Muchachos que conversan con aquéllos que los aman,
la risa abierta de los trabajadores a la hora de la comida,
la nota agria de la amistad deshecha,
los quejidos del moribundo…..
 
Oigo la voz del juez que pronuncia, con las manos agarradas a la mesa y los labios pálidos, una sentencia
de muerte,
los gritos de los estibadores que descargan los barcos atracados al muelle,
el estribillo de los que levantan el ancla,
el tañido de la campana de alarma,
los gritos de ¡Fuego!
el zumbido y el estrépito de las máquinas y de los carros de bomberos, con sus luces de colores, que van pidiendo paso;
oigo el silbato del tren que arrastra su carga pesada de vagones;
oigo la marcha lenta que suena al frente de unos soldados que caminan de dos en dos,
(van a hacer guardia ante un cadáver;
hay crespones negros en el asta de las banderas)
 
Oigo el violonchelo (es el lamento de un corazón adolescente),
oigo el cornetín que penetra agudo en mis oídos y retumba enloquecido en mis entrañas.
 
Oigo el coro –asisto a una gran ópera--,
ahí está el tenor, fuerte y joven como la creación.
La órbita flexible de su boca vierte sobre mí cataratas de gozo.

Oigo a la soprano. (¿Qué vale mi canción comparada con la suya?)
 
La orquesta me lleva en giros más amplios que los del planeta Urano,
y saca de mí entusiasmos que yo desconocía;
me levanta y me hace navegar desnudo por mares indolentes cuyas ondas acarician mi cuerpo.
Un granizo amargo y enemigo me azota y pierdo el aliento.
Me siento hundido en un baño dulce de morfina y mi garganta se anuda como si fuese a morir….
Al fin vuelvo otra vez a este enigma de los enigmas que llamamos el Ser.

CANTO XXVII

¿Qué significa existir en una forma?
Vamos girando todos sin cesar para volver otra vez desde la curva más distante.
Si no hubiese nada más desarrollado que una ostra en su cascarón de piedra, eso sería bastante.
Pero yo no tengo cascarón.
Poseo hilos conductores rapidísimos, ya esté quieto o en marcha.
tentáculos que se apoderan de todas las cosas y las llevan intactas a través de mi ser.
Cuando rozo, palpo o siento con mis dedos, soy feliz.
Y tocar otro cuerpo es algo que apenas puedo resistir.
 
CANTO XXVIII

Y ¿qué es tocar, qué es sentir otro cuerpo?
Es entrar tembloroso en una nueva identidad.
Llamas y éter precipitándose por mis venas.
Es algo de mí mismo que me traiciona y sale violento a ayudar a este fuego.
Mi cuerpo y mi sangre se mueven como el rayo para caer sobre esto que llega y que apenas se diferencia de mí.
Por todas partes incitadores salaces que paralizan mis miembros.
y fuerzan la ubre de mi corazón hasta sacarle la última gota;
incitadores que se conducen desvergonzadamente conmigo y no me obedecen.
Con no sé qué intención me privan de lo mejor de mí mismo,
desabrochan mi ropa y me sujetan por los lomos desnudos;
me alucinan en mi confusión con la calma del sol y de los prados,
desplazan orgullosos mis sentidos (mis compañeros de trabajo),
los sobornan para hacer cambalache con el tacto y recoger todas las sensaciones de mi piel,
se burlan de mis fuerzas exhaustas y de mi cólera,
llaman al resto de la chusma incitadora para que se diviertan un rato.
y al fin todos se juntan en montón para atormentarme.
Los centinelas abandonan las otras partes comprometidas de mi ser,
me entregan inerme a un saltedor sanguinario
y se unen a los demás para contemplar y precipitar mi derrota.
Traidores fueron que me dejaron en su manos
Pero ¿qué estoy diciendo?
¡Soy un miserable!
Nadie más que yo fue el traidor.
¡Yo soy el gran traidor!
Yo mismo que uní a la facción,
mis propias manos me llevaron allí.
¿Qué estás haciendo, tacto maldito?
¡Déjame, déjame!
Mi garganta se cierra, mi aliento se para……
¡Por favor, por favor….. abre tus compuertas!
¡Eres más fuerte que yo!

jueves, 23 de septiembre de 2010

EL TUBO DE LUZ





El Tubo de Luz
Mensaje del Maestro El Morya canalizado en 1956



La creación y sostenimiento de una atmósfera personal en la que ustedes puedan desplegar sus capacidades latentes, no está solamente dentro del alcance de la actual capacidad de su corriente de vida, sino que es también un importante, aunque ignorado, requisito para progresar.


El poder para visualizar y crear, mediante la facultad mental, un muro o vestimenta de pura luz blanca alrededor de la energía de su corriente de vida, debe ser desarrollado aquí o en el futuro. En el reino de los desencarnados, el ambiente y las necesidades del alma dependen del poder de los pensamientos forma generados y sostenidos por el individuo.


En el reino de la actividad de los Maestros Ascendidos, todo servicio cósmico, manifestación y actividad sostenida, son el resultado del pensamiento concentrado y controlado, energizado por la sustancia del sentimiento, la cual crea una estrella, un sol, un templo, un planeta o un diamante autoluminoso de color iridiscente.


Una y otra vez los Maestros Ascendidos hemos hecho hincapié en la visualización y la creación consciente del círculo protector de fuego alrededor de la energía de la corriente de vida. Esto desconecta, o hace corto-circuito, por así decirlo, con las olas de energía discordante, que de lo contrario se atarían dentro y se convertirían en una parte de la presión masiva de cada corriente de vida viviendo en el actual estrato de seres no ascendidos. La energía fluyendo desde su Divina Presencia YO SOY, a través de su corriente de vida, está constantemente encontrándose, mezclándose y siendo afectada por otras energías atraídas, proyectadas o liberadas, consciente o inconscientemente, por otras facetas de la vida. En el momento que su energía contacta con otro flujo de energía mediante una persona o condición, pasa una de dos cosas:


1.- O su energía es recalificada con la energía que se encontró o conectó con ustedes.
2.- O el poder de su energía es el maestro que controla, transmuta y redirige la energía hacia lo cual es focalizada.


El Maestro Ascendido es siempre el poder controlador de cualquier energía que su corriente de vida contacta durante el progreso de su espíritu a través de cualquier experiencia de la vida.


El estudiante, que ha atraído un gran poder de energía por sus llamadas e invocaciones, que no se visualiza a sí mismo envuelto dentro de esa vestidura de luz blanca, encuentra que cuando su energía se halla con una condición discordante, la mayor cantidad de energía, que él ha atraído, es recalificada por la discordia y le causa más dificultad que a uno que tiene menos energía alrededor de él.


Si el estudiante tiene solamente la energía de su propia Presencia Divina viniendo hacia él, el flujo natural de esa vida perfecta a través de él regulará, suplirá y purificará su propia acumulación de seis meses a un año, pero como él está siendo constantemente bombardeado por corrientes invisibles de fuerzas a las que él mismo se ha conectado a través de su atención, la energía pura liberada de su Presencia Divina es afectada visible y tangiblemente, y tiende a mantenerlo atado dentro de sus cadenas.



EJERCICIO


"Siéntate tranquilo, 
y vuelve tu atención hacia tu Divina Presencia YO SOY. 

Visualiza un muro de llama alrededor de ti, 

mediante tu propia capacidad mental. 

Acepta gozosamente esta radiante Vestimenta de Luz, 

(para que tu sentimiento sienta esto con felicidad y gratitud por su protección). 

Permite por cinco minutos a la energía de tu Presencia fluir tranquila a través de ti, limpiándote. 

Luego comienza definitivamente a cargar la energía dentro de ese anillo protector de luz ardiente, con el control divino de los Maestros Ascendidos de toda energía con la que entres en contacto, ya sea en tu vida social o espiritual, en tu negocio y carga esta energía con poder, maestría, pureza, paz, armonía, belleza, etc.."


No acepten dentro de su mundo cualidad que esté cargada con ondas de energía expresando menos que la perfección. Así, su energía se califica con la perfección de Dios, y su círculo electrónico o aura es una guardia constante alrededor de ustedes, despiertos y durmiendo.


Todo Maestro está así revestido, y el óvalo de luz en el que ellos aparecen es la actividad conscientemente atraída, visualizada y sostenida de la energía divina calificada para dominar toda energía de baja vibración, dondequiera que esa energía es catapultada contra. O conectada con la corriente de vida del Maestro.


¡No hay hombre que pueda vivir hacia sí mismo!. Su energía se conecta con el empleado de la tienda cuando la sustancia de la compra es colocada en su mano. Se conecta con el individuo a quien le dan la mano. Se conecta con todos sus contactos por teléfono, a través de la fuerza mental, o a quien le escriben o con quien se asocian. ¡Se conecta con sus locutores de radio y con los escritores, a través del poder de la atención!. Está, por lo tanto, siempre o influyendo sobre o registrando la radiación de la persona o condición contactada.


¡Esto es verdadero para toda parte de vida que ustedes contacten, y Yo no puedo recalcar demasiado poderosamente el cultivo de la atención controlada y la visualización de esta actividad presentada para alcanzar su LIBERTAD!


DECRETO PARA ATRAER LA PROTECCION DEL TUBO DE LUZ


¡Amada Poderosa y Victoriosa Presencia de Dios "YO SOY" en mí,


mi amado Santo Cristo propio, y Gran Hueste de Maestros Ascendidos!


FLAMEEN en, a través y alrededor mío AHORA


Vuestro Todopoderoso TUBO de Sustancia-Luz Cósmica,


a través del cual nada que sea creación humana puede pasar.


Que este Tubo de Luz sea una protección invencible para mí y mi mundo,


y que sea un Manto Maestro Ascendido de Invisibilidad e Invulnerabilidad


para todo lo que no sea de la Luz.


Que también sea un irresistible magneto en mi mundo para atraer a mí,


constante, visible y tangiblemente a mis manos y uso la ilimitada abundancia de dinero y toda cosa buena que yo requiera para realizar el Plan Divino de mi corriente de vida tan pronto sea posible.


Que este Tubo de Luz me ayude a sostener mi atención sobre la Fuente de mi vida: mi propia Presencia "YO SOY", permitiendome así ser un canal claro y perfecto para que Su bien –de toda descripción- FLUYA en, a través y alrededor mío y de toda vida que yo contacte doquiera que "YO SOY".


¡Conscientemente acepto esto hecho AHORA MISMO con todo el poder!


martes, 21 de septiembre de 2010

Poemas de misticos sufies


Oh, corazón mío! ¿A que ribera te diriges? No hay anti ti ningún viajero, ni camino alguno;

¿Donde se encuentra el movimiento, donde se encuentra el descanso en aquella ribera?

Allí no hay agua, ni barco, ni barquero;
Ni siquiera hay una cuerda para arrastrar el barco,
ni hombre alguno para tirar de ella.

No hay tierra, ni cielo, ni tiempo, ni nada;
allí no hay ribera ni hay vado.

No existe allí ni el cuerpo ni la mente; y,
¿cuál es ese lugar que puede calmar la sed del alma?
No lo encontrarás en ese vacío.

Se fuerte y entra dentro de tu propio cuerpo; pues allí tu pisada será firme. ¡Oh corazón mío! Considéralo bien y no vayas a ninguna parte.

Aparta de ti todas las imaginaciones y afiánzate en lo que eres


Kabir

sábado, 11 de septiembre de 2010

Sri Ganesha

HOY SE CELEBRA LA FESTIVIDAD DE GANESHA

♥ La religión Hinduista celebra la festividad de Sri Ganesha, hijo de Shiva y Parvati, con un profundo significado espiritual. Considerado como el enemigo y destructor de todos los obstáculos, se le rinde homenaje al comienzo de cualquier actividad que se lleve a cabo; de modo de ... ll ...egar a finalizar la misma con total éxito. Considerado el señor del intelecto y la autorrealización, representa el triunfo de la sabiduría sobre la ignorancia y de la carencia de ego sobre los deseos.

♥ El dios de la buena fortuna ♥
En términos más generales ya que Ganesha elimina todos los obtaculos de nuestro camino material y espiritual, es considerado por todos los Hinduistas como el dios de la buena suerte quién otorga prosperidad y fortuna en todos los ambitos de nuestra vida. Es por ésto que se le invoca ántes de iniciar una actividad importante, ya sea mundana o espiritual, para que todo obstáculo sea eliminado y la buena fortuna se alcance fácilmente en todo lo que se realice, claro esta que esto solo sucede si lo que se desea alcanzar es bueno y puro, ya que de otra forma sera Ganesha mismo quien a traves de todas las huestes celestiales que existen y que estan a su cargo ponga todo tipo de obstaculos e impedimenteos para que no se realice o alcance nada que sea para fines egoistas, dañino para nosotros mismos o para los demas o simplemente no auspicioso. De esta misma forma Ganesha nos protege de todo ambiente de negatividad, violencia, envidia u odio si se le invoca con este fin.

♥ Invocacion a Ganesha ♥

Para invocar a Ganesha hay que seguir las reglas basicas de un ritual magico o religioso a cualquier divinidad. A pesar de que en algunas ocaciones no sera posible, es conveniente antes de la invocacion realizar alguna o todas de las siguientes recomendaciones para lograr una mejor comunicacion con dios. Tomar un baño, lavarse la boca y usar ropas limpias. Tener una imagen, idolo y/o yantra de Ganesha en un altar para ayudar a la concentracion, realizar ofrendas de agua, flores, incienso, velas, frutas, dulces, comida y/o cualquier cosa que consideremos especial o de valor para nosotros. Desde el punto de vista magico es mas propicio invocarlo por las mañanas antes del medio dia y aun mejor si es invocado durante el periodo de la luna creciente, desde la luna nueva hasta la luna llena. Pero desde el punto de vista religioso Ganesha esta siempre disponible en todo momento para escucharnos, hayamos o no observado estas recomendaciones, seamos o no Hinduistas, siempre y cuando exista un deseo real y puro de comunicarse con el amo y señor de éste y todos los demas universos paralelos ó dimensiones.

♥ Mantra de Ganesha ♥
Los mantras son palabras o frases normalmente escritas en sanscrito (el antiguo idioma de la India) que fueron escritas por los grandes sabios y videntes de la antiguedad. Al pronunciarlos uno entabla comunicacion directa con la entidad invocada. Por decirlo de alguna manera los mantras son conjuros magico-religiosos y al pronunciarlos atraemos las vibraciones de todo el universo para lograr el proposito deseado. La manera de pronunciar un mantra es hacerlo 11, 21, 51 ó 108 veces, y si se desea puede hacerse más veces, pero siempre en multiplos de 108 veces. Entre mas se pronuncie un mantra mas energia atraemos a nuestro ambiente, a nuestro cuerpo, nuesta mente y espiritu, lo cual gradualmente hara que vivamos en sintonia con la deidad invocada y en el caso de un mantra de Ganesha que cualquier obstaculo en nuestro camino material o espiritual sea eliminado. Swami Ganesh Maharaj recomienda empezar un dia Lunes o Jueves. Despues de pronunciar este mantra diariamente, inclusive durante actividades cotidianas, después de unas semanas se empezará a ver los resultados al darse cuenta que lo que se pensabas era un problema u obstaculo de alguna manera magica se ha solucionado. Un par de los mantras más conocidos para invocar a Ganesha y obtener sus bendiciones supremas son los siguientes:


"Om Gam Ganapateye Namaha"

"Om Gang Ganapataye Namaha Om" (versión tántrica)

jueves, 9 de septiembre de 2010

WALT WHITMAN - CANTO A MI MISMO (CANTOS XVI A XXIV )

 

( Cantos completos http://www.battaletras.com/docs/cantoamimismo.pdf)

XVI


Soy del viejo y del joven,
del necio y del sabio,
indiferente y atento,
maternal y paternal…….
Mi urdimbre es fina y tosca.
Soy de una nación gigante
formada de muchas naciones y donde las pequeñas valen lo mismo que las grandes;
soy del norte y del sur,
soy el ranchero desenfadado y hospitalario que vive allá abajo junto a las aguas del Oconi;
soy el yankee libre en su camino y listo siempre a traficar, con las coyunturas más fléxibles y más rígidas
de toda la tierra;
soy el kentukiano que vaga por el valle del Eikon, con leggins de cuero de venado;
soy el hombre de Luisiana y de Georgia;
soy el botero que navega por los lagos,
por las bahías
y a lo largo de las costas;
soy de Indiana,
de Wisconsin;
me acomodo muy bien a los mares del Canadá,
en los bosques de la altiplanicie
y con los pescadores de Terranova;
me encuentro a mis anchas en la flotilla rompehielos, navegando con todos;
estoy muy a mi gusto en las colinas de Vermont,
en las selvas de Maine
y en los ranchos de Tejas;
soy amigo de las gentes de California
y de los gigantes selváticos del noroeste;
estrecho la mano del barquero
y como y bebo con los que trabajan en las minas;
soy aprendiz del más ingenuo
y maestro del más avispado;
soy un novicio que tiene la experiencia de siglos
milenios;
tengo el color de todas las razas
y el prestigio de todas las castas;
pertenezco a todos los rangos
y a todos los credos……..
Soy labrador, mecánico y artista,
caballero, cuáquero y marino;
un prisionero, un iluso y un tunante;
abogado, médico, presbítero…….
Todo lo resisto mejor que mi propia diversidad.
Respiro fuerte, pero dejo aún bastante aire para los demás.
No soy orgulloso.
Estoy en mi sitio solamente.
Los huevos del boquerón y la polilla están en su sitio;
los soles encendidos que yo veo,
y los que se mueven en la sombra y no puedo ver, están en su sitio;
lo palpable está en su sitio
y lo impalpable también.
 

XVII
 

Estos son los pensamientos de los hombres de todas las edades y de todos los pueblos;
no son originales,
no son míos solamente,
si no son tuyos también, no son nada o casi nada;
si no son el misterio,
y la llave al mismo tiempo, que abre todos los misterios, no son nada;
si no son lo inmediato y lo distante, no son nada.
Son la hierba que crece donde hay agua y tierra,
son el aire corriente que envuelve nuestro globo.
 

XVIII
 

Con estrépito de música vengo,
con cornetas y tambores.
Mis marchas no suenan sólo para los victoriosos,
sino para los derrotados y los muertos también.
Todos dicen: es glorioso ganar una batalla.
Pues yo digo que es tan glorioso perderla.
¡Las batallas se pierden con el mismo espíritu que se ganan!
¡Hurra por los muertos!
Dejadme soplar en las trompas, recio y alebre, por ellos.
¡Hurra por los que cayeron,
por los barcos que se hundieron en el mar,
y por los que perecieron ahogados!
¡Hurra por los generales que perdieron el combate y por todos los héroes vencidos!
Los infinitos desconocidos valen tanto cmo los héroes más grandes de la Historia.
 

XIX
 

La mesa está puesta para el hombre.
Aquí está la carne para el apetito natural.
Siéntate.
Que se sienten todos:
el malvado
y el justo.
No desdeño a ninguno.
Que nadie se quede a la puerta.
La manceba,
el parásito
y el ladrón
están invitados;
y el negro cimarrón
y el sifilítico también.
No habrá diferencias
ni privilegios para nadie.
Que se sienten todos.
Esto es el apretón de una tímida mano,
el perfume natural de una cabellera desbordante,
el contacto de mis labios con los tuyos,
el jadeo de mi ansiedad,
el reflejo de mi cara en las alturas y en las profundidades insondables……..
es el deseo premeditado de mezclarme con todos…… y escaparme después.
¿Creéis que tengo algún propósito oculto?
Tal vez lo tenga
porque las lluvias de abril lo tienen
y la mica pegada en el costado de la roca lo tiene también.
¿Soy yo un asombro?
¿Es un asombro la luz del día?
¿Es un asombro la primera estrella roja que tiembla entre las ramas?
¿Asombro yo más que ellas?
Voy a decirte algo en secreto.
Es la hora de las grandes confidencias,
de decir grandes cosas al oído.
No se las diría a cualquiera,
pero a ti sí te las digo. Escucha:
 

XX
 

¡Quién va allí!
Grosero, hambriento, místico, desnudo…… ¿quién es aquél?
¿No es extraño que yo saque mis fuerzas de la carne del buey?
Pero ¿qué es un hombre en realidad?
¿Qué soy yo?
¿Qué eres tú?
Cuanto yo señale como mío,
debes tú señalarlo como tuyo,
porque si no pierdes el tiempo escuchando mis palabras
Cuando el tiempo pasa vacío y la tierra no es más que cieno y podredumbre,
no me puedo parar a llorar.
Los gemidos y las plegarias adobadas con polvos para los inválidos;
y la conformidad, para los parientes lejanos.
Yo no me someto.
Dentro y fuera de mi casa me pongo el sombrero como me da la gana.
¿Por qué he de rezar?
¿Por qué he de inclinarme y suplicar?
Después de escudriñar en los estrados,
después de consultar a los sabios,
de analizar y precisar
y de calcular atentamente,
he visto que lo mejor de mi ser está agarrado a mis huesos.
Soy fuerte y sano.
Por mí fluyen sin cesar todas las cosas del universo.
Todo se ha escrito para mí
y yo tengo que descifrar el significado oculto de las escrituras.
Soy inmortal.
Sé que la órbita que describo no puede medirse con el compás de un carpintero,
y que no desapareceré como el círculo de fuego que traza un niño en la noche con un carbón encendido.
Soy sagrado.
Y no torturo mi espíritu ni para defenderme ni para que me comprendan.
Las leyes elementales no piden perdón.
(Y, después de todo, no soy más orgulloso que los cimientos sobre los cuales se levanta mi casa).
Así como soy existo. ¡Miradme!
Esto es bastante.
Si nadie me ve, no me importa,
y si todos me ven, no me importa tampoco.
Un mundo me ve,
el más grande de todos los mundos: Yo.
Si llego a mi destino ahora mismo,
lo aceptaré con alegría,
y si no llego hasta que transcurran diez millones de siglos, esperaré…… esperaré alegremente también.
Mi pie está empotrado y enraizado sobre granito
y me río de lo que tú llamas disolución
porque conozco la amplitud del tiempo.
 

 

XXI
Soy el poeta del cuerpo
y el poeta del alma.
Los placeres del cielo son míos
y los tormentos del infierno también.
Los placeres, los injerto y los prolongo en mí mismo y los tormentos, los traduzco a una lengua nueva.
Soy el poeta de la mujer
y el poeta del hombre.
Y digo que es tan grande ser hombre
como ser mujer.
Y que nada es tan grande como ser la madre de los hombres.
Canto la canción del crecimiento y del orgullo.
(Ya nos hemos arrastrado y escondido bastante.)
Y afirmo que el tamaño no es más que desarrollo.
¿Has sobrepasado a todo?
¿Eres tú el Presidente?
Pues eso no es nada……. una bagatela.
Cualquiera puede ser Presidente,
y todos llegarán más allá.
Yo soy el que camina por la noche que empieza y que se agrada,
y grito al mar y a la tierra perdidos en la noche como yo.
Noche, apriétame contra tu pecho desnudo,
apriétame contra tu pecho desnudo, noche nutricia y magnética.
Noche de vientos australes,
noche de grandes astros solitarios,
noche callada que me guiñas,
noche loca y desnuda que me buscas.
Tierra, sonríe:
sonríe con tu aliente fresco. Tierra voluptuosa de bosques adormilados y vaporosos,
Tierra de crepúsculos muertos.
Tierra de crestas hundidas en la niebla,
Tierra de bañada con la leche azulenca de la luna llena,
Tierra de luces y de sombras que jaspean la corriente del río,
Tierra de nubes límpidas y grises que mi amor abrillante y enciende,
Tierra de profundos barroncos y llena de flores de manzano…..
Sonríe, sonríe porque tu amada llega.
Amor me diste generosa
y amor te devuelvo…..
amor indescriptible y apasionado.
 

 

XXII
 

Y tú, mar…… También me entrego a ti.
Sé quién eres muy bien.
Desde la playa veo tu mano invitadora que me llama.
Creo que no quieres retirarte sin acariciarme.
Bien. Haremos un viaje juntos.
Aguarda a que me desnude y llévame contigo hasta perder de vista la tierra.
Arrúllame y déjame dormir y soñar en los blandos cojines de tus olas,
úngeme con tu amorosa espuma,
Yo te pagaré con amor.
Mar dilatado de bruñidas lontananzas,
mar de largo resuello convulsivo,
mar que eres la sal de la vida
y la tumba abierta siempre para todos;
mar delicado y caprichoso,
aullido y catapulta en las tormentas,
yo también soy como tú: único y plural.
También yo tengo flujos y reflujos,
también yo llevo en mis entrañas el odio y la paz,
y glorifico a los amigos
y a los que duermen abrazados.
Yo soy quien atestigua la simpatía.
(¿Haré solo el inventario de mis cosas y me olvidaré de la casa que las contiene?)
Yo no soy sólo el poeta de la bondad.
Soy el poeta de la iniquidad también.
Y no me averguenzo.
¿Qué alboroto es ése?
¿Quién discute sobre el vicio y la virtud?
Me empujan el mal
y el deseo de reformar el mal:
pero yo no me muevo.
¿Soy yo un inquisidor?
Yo no soy más que un hombre que riega las raíces de todo lo que crece.
¿Temeís que a la terca fertilidad de la vida le salgan escrófulas?
¿Creéis que las leyes celestiales están todaví en el crisol y que aún pueden ser rectificadas?
Encuentro equilibrio en un lado solo
y en el antípoda también;
me sostienen las doctrinas firmes
y las doctrinas deleznables;
y en nuestros pensamientos
y en nuestros hechos actuales
están nuestro arranque y nuestro vuelo.
Ningún tiempo es tan grande para mí como este minuto de hora que me viene al través de millones de si-
glos.
Que te hayas comportado bien en el pasado
y que te comportes ahora bien,
no es nada asombroso.
 

Lo asombroso es que existan siempre y se reproduzcan el ruin y el hombre sin fe.
 

XXIII
 

¡Oh, desenvolvimiento interminable del verbo al través de los mundos!
Mía es la palabra Humanidad,
una palabra vieja y moderna, forjada con el acero de la fe.
Que se cumpla esta palabra ahora o en los siglos venideros,
nada me importa.
Yo vivo en el tiempo absoluto.
Sólo el tiempo es perfecto, redondo, y todo lo completa.
Sí. Sólo esta maravilla desconcertante y mística del tiempo todo lo completa.
Acepto la realidad y no la discuto.
La materia me circunda y me absorbe.
¡Hurra por la ciencia positiva!
¡Vivan las demostraciones exactas!
Traedme coronas de cedro y de laurel.
Honrad esas cabezas:
la del químico,
la del geómetra,
la del gramático,
la del que descifra los viejos jeroglíficos,
la de los marinos que guiaron las naves por mares desconocidos y llenos de peligros,
la del geólogo,
la del que maneja el escalpelo
y la del que gobierna el microscopio.
Para vosotros los aplausos,
las medallas
y las graves dignidades.
Vuestros hechos
y vuestras conquistas
no son de mi dominio,
pero son útiles,
y por ellos entro yo en este mundo de la canción que es mi dominio.
Mis poemas no hablan de las propiedades singulares de las cosas,
hablan de la vida no catalogada,
de la libertad y del misterio.
No se ocupan de los neutros ni de los castrados,
exaltan al hombre y a la mujer bien organizados,
baten los tambores de la rebelión
y se unen a los fugitivos,
a los mártires y a los que conspiran.
 

XXIV
 

Yo son Walt Witman……
Un cosmos. ¡Miradme!
El hijo de Manhattan
Turbulento, fuerte y sensual;
como, bebo y engendro…..
no soy sentimental.
Ni por encima ni separado de nadie,
ni orgulloso ni humilde.
Desclavad las cerraduras de las puertas.
Sacad las puertas mismas de sus goznes.
Quien humilla a otro
me humilla a mí.
Y todo lo que se dice y lo que se hace repercute en mí.
De mí surge la inspiración:
y lo corriente y lo vulgar.
Yo digo la palabra mágica y primera
y doy el santo y seña de la democracia.
Y digo que no aceptaré nada que no tenga una réplica inmediata y numerosa.
De mi garganta salen voces largo tiempo calladas,
voces de largas generaciones de prisioneros y de esclavos,
voces de ciclos de preparación y crecimiento,
voces de desesperados y de enfermos,
voces de ladrones y de enanos,
voces de cuerdas que conectan las estrellas,
voces de matrices y de gérmenes paternos…..
Voces de odio:
la voz del deformado,
del trivial,
del estúpido,
del loco,
del resentido;
la voz de la niebla en el aire,
la voz de los escarabajos que ruedan su bola de estiércol……
De mi garganta salen voces olvidadas;
voces de sexo y de lujuria,
voces veladas que yo desgarro,
voces indecentes que yo clarifico y transfiguro……
Yo no me tapo la boca
ni pongo el índice sobre los labios.
Me estremezco ante el vientre lo mismo que ante el corazón y la cabeza.
La cópula tiene el mismo rango que la muerte.
Creo en la carne y en los apetitos.
La vista,
el oído,
el tacto…
son milagros.
Y cada partícula,
cada apéndice mío
es un milagro.
Soy divino por dentro y por fuera
y santifico todo lo que toco
y todo lo que me toca:
el olor de mis axilas es tan fino como el de una plegaria;
y esta cabeza mía
vale más que las iglesias,
las biblias
y los credos.
Cuando adoro una cosa más que otra, adoro tan sólo la extensión de mi cuero o de una parte de mi cuerpo.
Tú no eres más que la réplica deslumbrante de mí mismo.
Surcos y tierra húmeda, eso eres tú;
la reja firme y masculina del arado,
todo cuanto en mí se cultiva y se labra;
eres mi sangre fecunda
y tus corrientes pálidas de leche, las ordeñas en mi vida;
eres el pecho que se aprieta a otro pecho
y en mi cerebro están tus circunvoluciones ocultas;
raíces lavadas del cáñamo,
tímida alondra,
nido oculto de huevos duplicados….. eso eres tú;
heno mezclado y tundido de la cabeza, de las barbas y de la carne dura….. eso eres tú;
jugo fermentado de manzanas,
fibras de trigo viril,
sol generoso……. eso eres tú;
vapores que iluminan
y apagan mi rostro……. eso eres tú;
arroyos de sudor y de rocío….. eso eres tú;
viento que acaricia mi carne con el cosquilleo de los genitales en celo,
amplios campos vigorosos,
ramas de roble vivo,
amante compañero en mi vagar sin rumbo….. eso eres tú;
manos que yo he apretado,
rostro que yo he besado,
hermana criatura a quien mis brazos estrechan sin cesar…… ¡eso eres tú!
Me asombro de mí mismo.
Chocheo ante mi ser.
¡Hay en él tantas cosas admirables!
Cada momento de mi vida
y cuanto sucede en mí
me estremece de júbilo.
¿Por qué se doblan mis tobillos
y cuál es la causa de mis más insignificantes deseos?
¿Por qué irradio amistad….
y por qué la recibo?
Cuando subo las escaleras de mi casa me detengo y digo de pronto: pero ¿es esto cierto?
La enredadera que trepa por mi ventana me satisface más que toda la metafísica de los libros.
¡Oh, maravilla del alba!
Una tenue luz allá lejos deslíe las sombras diáfanas e inmensas.
El aire es un manjar para mi lengua.
Del mundo movible
saltan en silencio,
brincan inocentes,
rezuman frescas
masas que cruzan oblicuas
hacia arriba y hacia abajo.
Algo que no puedo ver eriza púas libidinosas,
y mares de jugos resplandecientes
inundan la bóveda celeste.
La tierra y el cielo se juntan.
Y de esta diaria conjunción llega por el oriente un reto que se posa un instante sobre mi cabeza para decir-
me agresivo y burlón:
¿Serás tú el amo de todo esto?

UN CUENTO ZEN



¿Cuál es la verdadera naturaleza de Buddha?.
- "El ciprés en el patio".



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Una hermosa mañana de primavera, un maestro zen vuelve de paseo. El tiempo es delicioso, ni calor ni frío, un tiempo de equilibrio y gracia al que se adapta espontáneamente el alma. Sopla una ligera brisa y, al llegar frente al portal del monasterio, el maestro ve que la bandera con efigie de Buddha ondea suavemente al viento. Ante ella hay dos jóvenes novicios.


- ¡ Lo que se mueve es la bandera!.


- ¡No. el viento!.


- Según la doctrina, lo que importa es lo que vemos ante nosotros en este momento. ¡Y es la bandera, se mueve!.


- ¡Que no! Tu manera de ver es errónea, porque la agitación de la bandera es tan sólo consecuencia del viento; el viento es la primera causa, la realidad que está más allá de la apariencia.


- ¡Pero la existencia del viento es una hipótesis!.


- ¡La bandera no se mueve porque sí, en realidad es constitutiva del viento!.


-¡Pura especulación!.


- ¡Evidencia!.


- ¡No! ¡ En absoluto!.


- ¡Claro que sí!.


Los dos monjes se acaloraron, lo que era tan sólo una conversación amable se ha convertido en una disputa, en una batalla.Un poco más, y llegan a las manos.Entonces advierten la presencia del maestro del templo, que los mira impasible.Algo confusos, se vuelven a él:


"Maestro, ¿qué es lo que se mueve, la bandera o el viento?.


No es la bandera lo que se mueve, no es el viento lo que se mueve, monjes, lo que se mueve es vuestra mente.


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El Zen es un misterio.En cuanto lo toca un pensamiento , desaparece.

martes, 7 de septiembre de 2010

LECTURAS COMPLETAS DE TAROT POR MSN O PRESENCIAL




La lectura es de una hora y media; y allí (con tu nombre completo, fecha y ciudad de nacimiento) el tarot al desplegarlo nos relata tu vida, reflejando tus energías actuales en relación al amor, el trabajo y la familia, y es infalible para diagnosticar lo cual te aclara tu posición en la vida. 

Luego de esta primer panorámica viene una segunda tirada donde se hacen preguntas puntales sobre temas específicos, como por ejemplo... preguntas clásicas... que siente "él" por mi?
o... como me va salir tal proyecto que tengo?
Me darán este trabajo que espero?

Lecturas de lunes a viernes, con cita previa.

Te esperamos!
Namasté
(me inclino ante la divinidad que hay en ti)

jueves, 2 de septiembre de 2010

WALT WHITMAN - CANTO A MI MISMO (CANTOS VIII A XV)

VIII

El niño duerme en la cuna.


Descorro la muselina


y lo contemplo largo rato.


Después, silenciosamente, espanto las moscas con las

manos.

El mozo y la doncella de mejillas empurpuradas

descienden entre los arbustos de la colina.

Yo los espío desde arriba.


El suicida está tendido en su cuarto sobre un charco de sangre.


Puedo ver su cabeza con los sesos fuera

y el sitio donde ha caído el revólver,

Me sumerjo en la ciudad

y presencio el espectáculo de la calle:

el charla de los que pasan,

el traqueteo de los omnibuses,
la rueda del carro que rechina,
el sordo murmullo de la suela de los zapatos en el pavimento,
el golpe de los cascos sobre los adoquines,
el retintín de los trineos,
el cochero con el alquila levantado,
las peleas de nieve…..
los gritos de júbilo,
los vítores a los héroes populares,
la furia de la muchedumbre arrebatada,
el paso rápido de una camilla (dentro llevan un enfermo al hospital),
el encuentro de dos enemigos,
la blasfemia súbita –el puñetazo y la caída--,
los transeúntes que se apiñan excitados,
el policía con su estrella, abriéndose paso rápidamente hasta el corazón de la refriega,
las piedras impasibles que reciben y devuelven tantos ecos,
los gruñidos de los ahitos
y de los hambrientos,
de los que se desploman en un ataque de insolación
o de epilepsia,
los gritos de la embarazada a quien de pronto le cogen los dolores del parto……
lo que se grita
y lo que se calla también,
los aullidos que amordaza el decoro,
la detención de los criminales,
los ofrecimientos furtivos de adulterio,
la aceptación o el repudio
hecho sólo con el movimiento de los labios…..

Todo lo observo,

todo lo anoto,
todo este espectáculo con su resonancia me interesa,
me mezclo en él…….
y luego me voy.

IX


Las grandes puertas del granero esperan abiertas a los carros perezosos cargados de hierba seca.


El sol cae sobre la alfalfa tostada y denuncia algunos hilitos verdes todavía.


En haces apretados los apilan luego en el pajar henchido que se pandea.


Yo estoy aquí y ayudo también.


¡Miradme tumbado sobre la cresta de la carga!


Con las piernas cruzadas voy sintiendo el traqueteo de las ruedas, luego doy un brinco, recojo el trébol y, hecho una pelota, ruedo con el cuello enmarañado y cubierto de paja.


Me voy solo de caza por los montes lejanos y solitarios,

camino asombrado de mi ligereza y mi alegría…..

Al caer la tarde busco un sitio seguro donde pasar la noche,

enciendo una hoguera,
aso la pieza que acabo de cobrar
y me duermo sobre un montón de hojas secas, con el perro y la escopeta a mi lado.

El cliper yanqui con su altivo tajamar corta la espuma y se desliza rápido por el agua.


Mis ojos buscan la tierra:


me inclino sobre la proa

o grito gozosamente desde la cubierta.
Los pescadores de almejas se levantaron al alba y esperaron a que yo llegase.

Me recogí los pantalones sobre los tobillos y me fui con ellos.


¡Fue un gran día!


Si hubieses venido conmigo, habrías comido sanchocho de almejas.


He estado en la boda de un armador de trampas.


Fue en el lejano oeste y al aire libre.


La novia era india piel roja.


Su padre y sus amigos estaban allí cerca, con las piernas cruzadas y fumando en silencio.


Llevaban mocasines y mantas amplias y gruesas sobre los hombros.


A la orilla del río esperaban los novios.


El armador estaba vestido casi todo de pieles,

la barba y las guedejas exuberantes
le protegían el pescuezo.

Tenía cogida por la mano a la novia.


Era una moza de pestañas muy largas,

de cabeza desnuda
y de trenzas ásperas y rectas que descendían por las caderas voluptuosas hasta los pies.

El esclavo furtivo se paró frente a mi casa.


Oí crujir las ramas secas bajo sus pies;

por la puerta entreabierta de la cocina lo vi cojear y, casi desmayado, sentarse sobre un troco.

Traje agua, lavé su cuerpo sudoroso y sus pies ensangrentados;

le ofrecí un cuarto junto al mío,
le di ropas limpias y gruesas
(aún recuerdo sus ojos espantados y su azoramiento)
y le puse compresas en las rozaduras del cuello y los tobillos.

Estuvo conmigo una semana hasta que se repuso y pudo caminar hacia el norte.


Cuando comía, sentado a la mesa junto a mí,

el fusil cargado descansaba en un rincón.

XI


Veintiocho mocetones se bañan en el río.


Veintiocho mocetones, en cordial camaradería, se bañan en el río.


Y una mujer de veintiocho años, virgen y hermosa, vive solitaria.


Suya es la suntuosa mansión que se alza en la ribera,

y, espléndida y ricamente vestida, espía oculta tras los cortinajes del balcón.

¿Cuál es aquellos mocetones le gusta más?


¡Todos le parecen hermosos!


¿Adónde vais, señora?

Aunque seguís fija en vuestra atalaya,
yo os veo ahora chapotear en el agua.

Danzando y riendo ha entrado en el río una hermosa bañista.


Ellos no la ven,

pero ella los ve y los siente henchida de amor.

Brilla el agua en las barbas mojadas de los hombres

corre por los cabellos largos
y como pequeños arroyos
pasa acariciando los cuerpos.

Una mano invisible pasa también acariciando temblorosa las sienes y los lomos.


Los muchachos flotan boca arriba con el vientre blanco combado bajo el sol,

sin saber quién los abraza y los aprieta,
quién resopla y se inclina sobre ellos,
suspensa y encorvada como un arco,
ni a quién salpican al golpear el agua con los brazos.

El carnicero se pone las ropas de trabajo y afila el cuchillo detrás de su puesto en el mercado.


Me paro junto a él y me divierto con sus salidas y sus bromas, mientras corta y descuartiza una res.


Los herreros con el rostro tiznado y el pecho velludo

rodean el yunque.

Todos tienen grandes martillos.


Ahora descansan;

en el fuego se calienta un hierro.

Desde el umbral de la herrería, lleno de escoria y de ceniza, los contemplo.


El más ligero movimiento de sus cuerpos armoniza con la pesada herramienta.


Ahora los martillos giran,

se ciernen sobre el yunque
y caen lentos y seguros sobre el hierro encendido.

Ninguno se precipita

y todos dan en su sitio:
pin, pan, pin, pan, pin, pan……..

XIII


El negro seguro y gigantesco se yergue sobre una pierna en el pescante.


Sostiene firmes las riendas de la cuadriga y el carro se vence bajo el peso de la cadena que se arrolla al soporte.


La camisa azul del esclavo se abre en el cuello

hasta mostrar el pecho
y se afloja y abomba con el viento sobre la faja.

Su mirada es tranquila y dominante.


Se sacude hacia atrás el sombrero

y deja al descubierto la cabeza.

El sol cae ahora sobre su pelo crespo y sobre el azabache pulido de su piel.


Me apasiona este gigante pintoresco

y también los cuatro caballos que gobierna.

Porque yo soy el gran catador de la vida,

el que la gusta y acaricia incansable donde quiera que se mueva,
ya marche hacia atrás o hacia delante.

Me inclino ante los altares humildes y olvidados

y no desdeño nada ni a nadie.

Lo absorbo todo para mi sangre y para mi canción.


Bueyes que hacéis rechinar, al andar, el yugo y la cadena

o que sesteáis en la sombra de los prados
¿qué me queréis decir con vuestros ojos?

Me decís más que cuanto han leído los míos en la vida.


Vagando el día entero me pierdo en el bosque

y mis pasos espantan los ánades, al macho y a la hembra,
que levantan el vuelo juntos
y forman círculos en el aire.

Pienso que sus alas se mueven cargadas de designios,

que el rojo, el amarillo y el blanco de sus plumas tienen un sentido,
que el gris y la cabeza empenachada encierran un propósito……
y no digo que la tortuga es indigna porque no es otra cosa que tortuga.

La chova, que no sabe la escala musical, trina bastante bien para mí,

y la mirada de aquella yegua baya pone en evidencia vergonzosa toda mi ignorancia.

XIV


En la noche fría, el ganso salvaje guía la bandada; su graznido me llega como una invitación.

Acaso el orgulloso no oiga nada,
pero yo, que escucho atentamente,
descubro su propósito y su sitio allá arriba,
en el cielo del invierno.

El alce ligero del norte,

el gato que dormita en el umbral,
el vencejo,
el topo,
las crías de la cerda que tiran de las ubres,
y los pollos de la galli-pava bajo las alas entreabiertas,
se mueven bajo la misma ley que yo.

La presión de mis pies sobre la tierra

levanta miles y miles de emociones
que desprecian este esfuerzo mío por definirlas.

Amo el campo abierto y fecundo,

a los hombres que cuidan el ganado,
a los que respiran el aire del mar y de los bosques,
a los constructores y a los tripulantes de navíos,
a los que blanden el hacha y la mandarria
y a los domadores de caballos…….

Viviría, comería y dormiría con ellos semanas y semanas.


Lo corriente y lo tosco,

lo cercano y lo fácil soy yo mismo.

Voy hacia mi suerte,

me ofrezco entero sabiendo que gano siempre en la partida
y me adorno para entregarme al primero que me llame.

No le digo al cielo que descienda hasta mí.


Soy yo el que me doy, libre y sin cesar.


XV


La contralto canta junto al órgano del coro.

el carpintero alisa la madera con el cepillo que cecea salvaje y silba su canción,
los hijos casados y los que no están casados todavía, vuelven a casa para la cena pascual;
el piloto, con su brazo fornido, hace girar el gobernalle;
el patrón se yergue vigoroso en el bote ballenero, con la lanza y el arpón en la mano;
el cazador de patos camina en silencio con pasos sigilosos;
el diácono, con las manos cruzadas sobre el altar, aguarda las órdenes sacerdotales;
la hilandera se balancea entre el zumbido de la rueda;
el labrador pasea y se para de pronto para ver cómo han crecido la avena y el centeno;
el loco es conducido al manicomio porque los médicos han dicho que es caso incurable…..
(ya no dormirá más como solía en un camastro, cerca de su madre);
el impresor de pelo gris y pómulos enjutos masca tabaco junto a la caja, mientras mira el manuscrito con ojos enervados;
un cuerpo deforme está sobre la mesa de operaciones,
los miembros amputados caen horribles en el cubo;
la mulata es vendida en pública subasta
y el borracho cabecea junto a la estufa de la taberna;
el maquinista se remanga la camisa,
el policía vigila su distrito,
el portero custodia en el umbral
y el mozo del express gobierna su vagón
(me encanta este mozo, aunque no lo conozco);
el jockey mestizo se ata las correas de sus botas livianas para competir en la carrera;
jóvenes y viejos se reúnen en las cacerías de pavos del oeste
--unos se recargan en los rifles,
otros se sientan en los troncos--,
de la partida surge el tirador,
se aposta en un lugar y apunta.

Grupos de nuevos emigrantes inundan los muelles y el malecón;

los negros trabajan en el ingenio de azúcar, mientras el capataz vigila desde su montura;
suena el clarín en el salón de baile,
los caballeros se apresuran a buscar su pareja
y los que van a bailar se saludan;
el adolescente, desvelado en su cama, bajo el techo de cedro del ático, escucha la canción de la lluvia,
los cazadores de Michigan ponen trampas en el arroyo que alimenta el río Hurón;
la india piel roja, envuelta en su manto oriado de amarillo, vende mocasines y bolsas de cuentas;
el connoisseur husmea por la exposición entrecerrados los ojos e inclinando hacia los lados la cabeza;
los marineros amarran el vapor y tienden la escala para que los pasajeros desembarquen;
la hermana menor sostiene la madeja mientras la hermana mayor va haciendo una bola y se detiene a intervalos para desatar los nudos;
la esposa que se casó hace un año está ya repuesta y es feliz con su primogénito, que tiene ahora quince
días;
la muchacha yankee de cabellos rubios se afana junto a la máquina de coser o trabaja en la fábrica de hilados;
el lápiz del reportero vuela rápido sobre las cuartillas,
el empedrador apisona la calle,
el pintor de muestras forma letras con el azul y el oro,
el chico del canal corre por la línea del remolque,
el zapatero enseba los cabos
y el director de orquesta marca el compás y los cantantes lo siguen;
bautizan al niño
y el converso hace su profesión de fe,
la regata ha comenzado y los balandros surcan la bahía (¡mirad cómo brillan las velas blancas bajo el sol!);
el pastor vigila su ganado y grita a la res que se desvía;
el bohonero suda bajo el peso de su mercancía mientras regatea el comprador;
la novia alisa y acaricia su blanco vestido, y el minutero del reloj se mueve lentamente;
el fumador de opio reposa con la cabeza rígida y los labios entreabiertos;
pasa la prostituta arrastrando su chal y con el sombrero ladeado sobre el cuello vacilante y cubierto de granos;
las gentes se ríen de sus juramentos obscenos y unos hombres se mofan y guiñan el ojo; (¡Desgraciada! Yo no me mofo ni me río);
el Presidente se reúne en consejo de ministros;
en el pórtico pasean tres severas matronas cogiosas del brazo;
la tripulación del pesquero almacena la pesca en la bodega;
gentes de Missouri cruzan las llanuras con el ajuar al hombro y arreando los ganados;
el cobrador del tren pide el pasaje al cruzar el vagón, haciendo sonar unas monedas;
allí están los que entariman,
los constructores de tejados
y los albañiles que piden la argamasa
(pasan los aprendices en fila con la artesa al hombro).

Hoy es cuatro de julio.


Año tras año las multitudes se reúnen imponentes (saludan los cañones y las armas menores también),

y año tras año
el arador ara,
el segador siega,
y el grano en el invierno cae sobre la tierra;
allá en los lagos, el pescador de garrocha observa y espera junto al horado abierto en la superficie helada;
el pionero clava profunda el hacha en los tocones que inundan la planicie;
los que tripulan la gabarra atracan cerca del campo de algodón a la sombra de los castaños;
el buscador de negros rastrea por los pueblos del Río Rojo y por las tierras que bañan el Tennessee y el Arkansas;
brillan antorchas en las sobras que proyectan el Chatahuche y el Atamayo……;
los patriarcas se sientan a la mesa con los hijos, los nietos y los bisnietos;
en chozas de adobe y en tiendas de lona duermen los cazadores y los armadores de trampas, después de su
deporte diario;
la ciudad duerme
y el campo duerme también;
los vivos duermen lo que han de dormir
y los muertos lo suyo;
el marido viejo duerme junto a su mujer
y el marido joven junto a la suya……

Todos quieren venir hacia mí

y yo quiero ir hasta ellos…….

Y tal como son, más o menos soy yo;

y de ellos,
de cada uno y de todos
y de mí mismo…..
sale esta canción.