El tarot es un método de exploración del inconsciente, un medio de autoconocimiento y crecimiento interno, donde cada arcano extraído funciona como un exponente del momento en que se extrae, un indicador de la situación esencial, siempre en presente.
Esto es posible debido a un principio que Carl Jung llamó “sincronicidad”, que considera que la coincidencia de los hechos en el espacio y el tiempo significa más que un mero azar. Su único criterio de validez es la opinión del observador según la cual el arcano obtenido equivale a una versión fiel de su estado psíquico.
La sincronicidad es una ley del universo que actua para orientar a los seres humanos hacia el crecimiento de la conciencia. La diferencia entre una sincronicidad y un simple evento del azar, radica en su significado. En la sincronicidad, la persona que la experimenta recibe una respuesta a algún problema o cuestionamiento que lo afecta.
Un típico ejemplo de sincronicidad se da cuando una persona constata que una imagen mental suya, netamente subjetiva, es reflejada, sin explicación causal, por un evento material exterior a él.
Como aclara Jung, “como persona con sentido de la responsabilidad hacia la ciencia”, no es posible probarlo o presentarlo de forma aceptable para la razón, y solo hay interrogantes cuando tratamos de armonizarlo con los cánones científicos aceptados.
Su única finalidad es el conocimiento de uno mismo, algo en lo que los hombres y mujeres más sabios han insistido desde el principio de la historia.
No se puede dejar de lado que espíritus tan grandes como Sócrates, Confucio,Lao Tse, Carl jung, Richard Wilhem, el grupo surrealista o nuestro moderno Alejandro Jodorowsky, entre muchos otros, han aceptado y tomado como algo indiscutible no solo la autoridad espiritual de los oráculos sino el hecho de que en la exploración del inconsciente hay cosas sumamente extrañas, que escapan sencillamente al racionalismo.
Conforme a la antigua tradición, en este proceso intervienen aparte del inconsciente agentes espirituales que actuando de modo misterioso dan respuestas significativas.
El tarot es por lo tanto un sistema simbólico, un lenguaje óptico que nos permite entender, a través de pautas psicológicas, nuestra actitud para enfrentar las circunstancias, los recursos de que disponemos, los "escenarios" de nuestra vida y su tendencia.
La información que proporcionan las cartas tiene una fuente que es el inconsciente colectivo, y contrariamente a lo que afirman no predice el futuro sino que nos permite conocernos mejor para poder dirigir nuestra vida, siempre desde el presente, desde el acontecer anímico del consultante por obra y gracia de la sincronicidad.
Esto es posible debido a un principio que Carl Jung llamó “sincronicidad”, que considera que la coincidencia de los hechos en el espacio y el tiempo significa más que un mero azar. Su único criterio de validez es la opinión del observador según la cual el arcano obtenido equivale a una versión fiel de su estado psíquico.
La sincronicidad es una ley del universo que actua para orientar a los seres humanos hacia el crecimiento de la conciencia. La diferencia entre una sincronicidad y un simple evento del azar, radica en su significado. En la sincronicidad, la persona que la experimenta recibe una respuesta a algún problema o cuestionamiento que lo afecta.
Un típico ejemplo de sincronicidad se da cuando una persona constata que una imagen mental suya, netamente subjetiva, es reflejada, sin explicación causal, por un evento material exterior a él.
Como aclara Jung, “como persona con sentido de la responsabilidad hacia la ciencia”, no es posible probarlo o presentarlo de forma aceptable para la razón, y solo hay interrogantes cuando tratamos de armonizarlo con los cánones científicos aceptados.
Su única finalidad es el conocimiento de uno mismo, algo en lo que los hombres y mujeres más sabios han insistido desde el principio de la historia.
No se puede dejar de lado que espíritus tan grandes como Sócrates, Confucio,Lao Tse, Carl jung, Richard Wilhem, el grupo surrealista o nuestro moderno Alejandro Jodorowsky, entre muchos otros, han aceptado y tomado como algo indiscutible no solo la autoridad espiritual de los oráculos sino el hecho de que en la exploración del inconsciente hay cosas sumamente extrañas, que escapan sencillamente al racionalismo.
Conforme a la antigua tradición, en este proceso intervienen aparte del inconsciente agentes espirituales que actuando de modo misterioso dan respuestas significativas.
El tarot es por lo tanto un sistema simbólico, un lenguaje óptico que nos permite entender, a través de pautas psicológicas, nuestra actitud para enfrentar las circunstancias, los recursos de que disponemos, los "escenarios" de nuestra vida y su tendencia.
La información que proporcionan las cartas tiene una fuente que es el inconsciente colectivo, y contrariamente a lo que afirman no predice el futuro sino que nos permite conocernos mejor para poder dirigir nuestra vida, siempre desde el presente, desde el acontecer anímico del consultante por obra y gracia de la sincronicidad.
